Se trató de la peregrinación de un relicario con la camisa ensangrentada que llevaba el joven magistrado siciliano la mañana de su martirio, el 21 de septiembre de 1990.
La iniciativa se llevó a cabo en Roma del 14 al 21 de enero con el nombre de “peregrinación de la santa reliquia del Beato Rosario Livatino, mártir de la fe y de la justicia”.
La reliquia llegó a Roma el 13 de enero y fue recibida en privado por el Obispo auxiliar de esa ciudad, Mons. Daniele Libanori, en la Basílica de San Marcos del Campidoglio.
Al día siguiente, la peregrinación comenzó con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri. Y a partir de ese momento la reliquia del Beato Rosario Livatino recorrió diferentes instituciones civiles italianas, entre ellas la sede del Parlamento, la Suprema Corte de Justicia, la Cámara de Diputados y el Senado de la República.
Con motivo de esta peregrinación, el secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, destacó la figura del joven mártir durante un congreso titulado "La actualidad del Beato Rosario Livatino" que se llevó a cabo en el Senado.
Por su parte, un representante del comité de esta peregrinación, Gaetano Armao, destacó a Vatican News que es “una reliquia de extraordinario poder, porque lleva la sangre de este hombre que, siendo un joven magistrado, dio su vida por los valores en los que creía, por una vida como cristiano, para no verse condicionado por los poderes mafiosos que, en cierto modo, dominaban aquella provincia y que, en cierto modo, aún no han desaparecido del todo”.
Además de recorrer instituciones civiles, la reliquia fue recibida por algunas iglesias en Roma.
El párroco de la iglesia de San Salvatore in Lauro, Mons. Pietro Bongiovanni, explicó que los fieles esperaban con entusiasmo la reliquia para “honrar a una persona que dedicó su vida a la defensa de la justicia”.
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