En Foligno, Italia, se encuentra este antiguo monasterio que encarna misticismo, belleza y misterio.
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Se trata del Monasterio de Sant’Anna, o también llamado ‘de las Condesas’, porque originalmente era un cenáculo solo de mujeres.
Es el único de los cinco monasterios que queda en pie, en la calle denominada Via dei Monasteri.
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Fue fundado por Angelina dei Conto di Montegiove e Marsciano, nacida en el 1357.
Después de solo dos años de matrimonio, Angelina se hizo terciaria y se mudó a Foligno, la ciudad de la familia Trinci, sus parientes.
Inmediatamente transformó algunas casas de la Compañía de la Cruz en un monasterio, que ya funcionaba en 1388 y que posteriormente fue ampliado varias veces.
Fue decorado por los artistas Pier Antonio Mezzastris, Feliciano de’ Muti y Giovanni di Corraduccio.
En el portal de entrada del monasterio perdura un hermoso fresco con la Virgen, el Niño, ángeles y dos santos obra de Mezastris.
Entre los numerosos frescos, se pueden observar los cuatro lunetos del refectorio con las Bodas de Caná, la Última Cena, Jesús y los Apóstoles en la casa de Marta y María y la cocina de Marta atribuida a Giovanni di Corraduccio, uno de los pintores más importantes de la escuela de Foligno.
Pero la obra más importante que conservaba el monasterio era sin duda la famosa ‘Madonna di Foligno’ de Rafael.
La obra que tiene como protagonista la Virgen María es un «ex voto». Se trata de un agradecimiento por un favor recibido, de parte del secretario del papa Julio II, Segismundo de Conti, quien la mandó a realizar.
Segismundo, agradeció a la Virgen por el milagro recibido, después que su casa en Foligno resultará ilesa después de caer un objeto no identificado del cielo.
No se sabe si fue un bólido, una explosión de bomba que lanza una bola de fuego, o simplemente un rayo.
Es así que la Virgen de Foligno se convirtió en una pasión para los ufólogos más convencidos.
Se encontraba en Roma y en 1565 fue trasladada al monasterio de Santa Ana por deseo de Anna Conti, una sobrina de Segismundo que era monja.
Esta obra fue tomada como botín por el ejército napoleónico y llevada a París en 1798.
Fue devuelta en 1816 al monasterio de Foligno, y luego colocada definitivamente en el Pinacoteca del Vaticano.
Beata Angelina
Angelina fue beatificada por León XII el 8 marzo 1825.
Su elogio se puede leer en el Martirologio Romano el 14 de julio:
En Foligno de Umbría, la beata Angelina da Marsciano, que habiendo quedado viuda se consagró exclusivamente al servicio de Dios y del prójimo durante más de cincuenta años.
Fundó la Orden religiosa de los terciarios franciscanos de clausura para la formación de la juventud femenina.
El fantasma de sor Teresa
El monasterio es muy visitado gracias a los tesoros artísticos ya mencionados que se conservan desde el siglo XIV, pero también muchos se acercan por curiosidad.
Según una leyenda, en el monasterio aún se escuchan los lamentos de Sor Teresa Margherita Gesta, fallecida entre esos muros el 4 de noviembre de 1859.
El espíritu de la mujer seguiría habitando en la misma habitación que ocupó en vida.
También según la leyenda, la religiosa dejó la huella de su mano en una puerta. Marca de una mano ardiente de fuego, que claramente se puede ver sobre la puerta.
Una hoja escrita a mano colocada debajo del marco dice:
«Sor Teresa Margherita Gesta, nacida en Bastia di Corsica el 15 de marzo de 1797, vestida con el hábito religioso en este monasterio de S. Anna el 22 de febrero de 1826 y fallecida el 4 de noviembre de 1859.
Doce días después de su muerte se apareció a una hermana y en testimonio fiel de su apariencia y de las penas que padeció en el Purgatorio, dejó la huella de su mano derecha en esta puerta».
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