“El curso del procedimiento para interrumpir el tratamiento continuará a partir de este día”, dijo el doctor Vincent Sánchez en su correo electrónico enviado el 2 de julio, según información corroborado por el diario francés Le Figaro.
Lambert, un francés de 43 años, quedó tetrapléjico luego de un accidente de moto en el año 2008. Sus padres, Pierre y Viviane, han luchado ante los tribunales franceses desde el año 2013 para mantenerlo con vida; en cambio, su esposa Rachel –apoyada por los hermanos de Vincent– pedían que se le desconecten los soportes vitales.
El pasado viernes 28 de junio la Corte de Casación de Francia, la más alta autoridad judicial del país, autorizó que se le retire el soporte vital, revocando de esta manera una decisión anterior de la Corte de Apelaciones de París. Esta última había ordenado el 20 de mayo que se le reanude la alimentación e hidratación, la cual le había sido retirada horas antes.
Según el diario francés Le Monde, Sánchez hizo un llamado para que “el acompañamiento del Sr. Vincent Lambert sea el más pacífico, íntimo y personal posible”. Además, dijo que el protocolo médico incluye el “cese del tratamiento” y una “sedación profunda y continua”.
El lunes 1 de julio la madre de Vincent pidió ayuda al Consejo de Derechos de los Discapacitados de Naciones Unidas para evitar la desconexión.
“Me dirijo a usted hoy para pedir ayuda. Sin su intervención, mi hijo Vincent Lambert será sacrificado por un médico debido a su discapacidad cerebral. Está en un estado de conciencia mínima, pero no es un vegetal”, dijo Viviane durante su intervención.
Horas antes, la madre se presentó en una mesa redonda organizada por una ONG con sede en Estrasburgo (Francia), en el marco de la 41° sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, en la que denunció que a Vincent se le “quiere asesinar”.
Los abogados de los padres anunciaron que presentarán una demanda por “asesinato premeditado” contra el médico que ordenó que se suspenda el tratamiento.
“Si el Dr. Sánchez reclama reiniciar el proceso de la muerte (...), también será procesado con una demanda civil por asesinato premeditado de una persona vulnerable. Francia no puede mantenerse al margen de las naciones civilizadas y corre el riesgo de ser condenada por la ONU en el futuro”, expresó a Le Figaro, Jérôme Triomphe, uno de los abogados de los padres de Vincent.
Antes de mayo de 2019, el hospital Chu de Reims ya había aprobado y luego detenido dos procedimientos para interrumpir los tratamientos, uno presentado por el doctor Eric Kariger en 2013 y el otro por su sucesora, la doctora Daniela Simon, en 2015.
El caso de Vincent Lambert ha movido a toda Francia y a gente en todo el mundo; pero también es usado por grupos promotores de la eutanasia.
El 22 de mayo del 2019 el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y la Pontificia Academia para la Vida se pronunció sobre el caso de Vincent Lambert y advirtió que desconectar los soportes vitales es una “expresión de la cultura del descarte que selecciona a las personas más frágiles e indefensas”.
El comunicado subraya que “la continuidad de la asistencia es un deber ineludible” y que “la suspensión del tratamiento representa, más bien, una forma de abandono del enfermo, fundamentada en un juicio despiadado sobre la calidad de la vida”.
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