Al presidir la Misa dominical este 30 de junio, Mons. Reyes Larios señaló que “en tiempos de crisis, como los nuestros, es grande la tentación de buscar seguridad religiosa. Seguir a Jesucristo no significa huir hacia un pasado ya muerto sino vivir con el espíritu que lo impulsó a Él”.
“Este seguimiento no consiste en buscar novedades ni en promover grupos de gente selecta, sino en hacer de Jesús el centro único de nuestras personas, familias y comunidades para servir al Reino de Dios”, dijo.
El Prelado mexicano subrayó que “seguir a Jesús significa caminar a contracorriente, en actitud de rebeldía frente a costumbres, modas o corrientes de opinión que no concuerdan con el espíritu del Evangelio”.
“Esto exige no dejarnos domesticar por una sociedad superficial y consumista, así como contradecir a los propios amigos y familiares cuando nos invitan a seguir caminos contrarios al Evangelio”.
“Seguir a Jesucristo exige estar dispuestos a la conflictividad y a la cruz para compartir su propia suerte. Es necesario aceptar una vida crucificada como la suya, sabiendo que nos espera la resurrección”, añadió.
“Seguir a Jesucristo, en la actualidad, implica una profunda experiencia del encuentro íntimo con él a través de la oración y del compromiso con el amor y la defensa de la vida humana en todas sus etapas, de la promoción de los auténticos derechos humanos, del cuidado de la casa común, que es la creación, y de la solidaridad con los más necesitados”, finalizó.
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