Hasta el momento, los medios de comunicación informaron que el deceso se produjo durante la madrugada de este lunes 26 de julio en el Hogar San Juan de Dios, donde vivía tras ser expulsado.
Hace algunas semanas Karadima había sido llevado a la urgencia del Hospital Clínico de la Universidad Católica por problemas cardíacos. Sin embargo, no pudo ser internado debido a la alta ocupación de camas por el COVID-19.
Fernando Karadima comenzó a ser investigado por el Vaticano en julio de 2010 debido a las acusaciones de abusos de menores durante las décadas de 1980 y 1990.
El 16 de enero de 2011 finalizó la investigación y fue declarado culpable de abuso sexual. Como consecuencia se le impuso la pena del retiro con una vida de oración y de penitencia.
Además, la Santa Sede le prohibió el ejercicio público de cualquier acto de ministerio, en particular de la confesión y de la dirección espiritual de cualquier persona.
El 28 de septiembre de 2018, la Santa Sede informó la dimisión del estado clerical de Karadima.
Si bien, Karadima no fue condenado por la justicia civil chilena, el 27 de marzo de 2019 la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile ordenó al Arzobispado de Santiago pagar 300 millones de pesos (unos 439 mil dólares de ese entonces) a tres víctimas del exsacerdote.
Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo interpusieron una demanda civil en septiembre de 2013 por “daño moral” contra la Arquidiócesis por 450 millones de pesos.
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