En su discurso, el Santo Padre destacó que los empresarios reunidos en Roma (Italia) trabajan estos días para abordar temas sociales “que nos afectan a todos”; como son el trabajo, las migraciones, el cambio climático o el desarrollo humano integral.
A continuación, les aconsejó enfocar su labor “desde una cultura del encuentro” y expuso que los valores de esa cultura “son los que inspiran al mundo empresarial para poder defenderse de las sombras del mal”.
Para el Papa Francisco, estas “sombras” son aquellas que invaden a los empresarios “cuando el beneficio a toda costa tergiversa nuestras relaciones, hasta el punto de degradar o esclavizar a las mismas personas”.
Remarcó que la cultura del encuentro, por el contrario, “expresa la búsqueda del bien común, contribuyendo así a disipar esas sombras”.
“Y esos valores se traducen concretamente en los numerosos esfuerzos y sacrificios cotidianos que sus empresas realizan para salir adelante, para lograr capacitar y actualizar a los trabajadores, para evitar conflictos y no llegar al dolor del despido, conscientes también de que detrás de cada trabajador hay una familia, y la entera sociedad”.
Además, el Papa Francisco les animó a ser “como los primeros seguidores de Jesús, constructores de redes”.
En ese sentido, afirmó que “el servicio que realizan no es abstracto, sino a cada persona y a cada pueblo” y aseguró que por eso es necesario actuar juntos, “sin pasar por encima de nadie y sin dejar a nadie atrás. Un desafío bastante complejo”.
Por último, subrayó la “valiosa herramienta de las redes”, al mismo tiempo que les invitó a utilizar el Evangelio como “brújula” y a no perder nunca “el ancla de la esperanza”. “Y ya podemos salir a navegar, con la confianza de que es Dios quien nos guía y acompaña en el camino”, concluyó.
Publicar un comentario