¿Cómo vivir sin ver a la familia y amigos?

¿Cansado del distanciamiento social de la pandemia? Esto es lo que puedes hacer para alegrar tus días sin ver a tus amigos, familiares y compañeros.

Últimamente estoy escuchando a muchas personas que me repiten apesadumbradas:

  • «¡Menudo comienzo de año, con el virus, la nevada, el teletrabajo y los niños en casa, no puedo más!»
  • «¡Si por lo menos pudiera ir a la oficina!» ( los que todavía conservan su puesto de trabajo).
  • «Si al menos pudiera ir a ver a mis padres… pero he estado en contacto con un positivo y debo guardar cuarentena»
  • «Si pudiera quedar a tomar un café con mis amigas… pero mi zona está confinada.
  • «Quiero ver a mis compañeros de clase, pero estamos aislados en casa porque uno ha dado positivo».

La gente tiene miedo, el virus nos acecha y son diarias las noticias del aumento de casos. Las autoridades nos invitan a la prudencia y si bien e s cierto que la gran mayoría estamos poniendo los medios y cuidando a nuestra gente, las cifras de contagio resultan alarmantes.

Tristeza social

La gente se encuentra sola y triste, los que viven solos porque no reciben visitas y muchos apenas salen por miedo al contagio, sobre todo si son mayores y los que viven en familia porque sus vidas se han visto paralizadas, incluso bloqueadas por una circunstancia que nos impide desarrollar una vida normal.

Parece que esta realidad ha venido para quedarse más tiempo de lo esperado y eso provoca incertidumbre. Y la falta de socialización es un problema más de la pandemia porque las personas somos sociables por naturaleza. Nos encanta tocar, abrazar, reír y llorar con otros. En definitiva, necesitamos compartir con los demás nuestra vida y ahora parece que todo esto no está permitido.

Qué hacer mientras tanto

Por eso creo que este 2021 nos abre la puerta para cambiar de actitud. Este año puede ser clave para aprender a vivir con auténtica actitud positiva. Si bien es cierto que hay que aceptar que las cosas son como son, no es menos cierto que dependerá de nosotros crear historias nuevas y buscar nuevas oportunidades para desarrollarnos.

Y ¿cómo? Os preguntaréis. Pues haciendo cosas diferentes.

Albert Einstein decía:

Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.

Si nos instalamos en la queja constante porque no tratamos con nuestra gente y no provocamos situaciones diferentes que nos permitan sociabilizar con otros, no nos quejemos. Si nos dejamos llevar por los cantos de sirena pesimistas, no conquistaremos nada.

Creo que cada uno de nosotros tenemos un reto y es aprovechar esta pandemia porque, sencillamente, es lo que nos ha tocado vivir.

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Shutterstock | fizkes

El reto de la pandemia: vivir el presente

Si queremos ir al origen de la Luz , deberemos seguir la oscuridad, caminar entre ella para que nuestra vista se vaya haciendo a esa negrura y descubriendo que después de la oscuridad llega la luz, después de la noche, llega el amanecer y que todo es temporal.

Si conseguimos instalarnos en el momento, en el ahora y en sacar provecho de lo que tenemos, habremos vivido intensamente el hoy y seguramente descubierto cosas que no hubiéramos acertado a apreciar si sólo estábamos quejándonos y lamentándonos.

Las dificultades son oportunidades para crecer, todos hemos oído hablar de las crisis de crecimiento, de los aprendizajes que conllevan. Por eso, aceptar que las cosas pueden salir mal es el primer paso para buscar las oportunidades que están por venir.

Vivir es aprender a navegar contra viento y marea, el hecho de reconocer y agradecer lo que cada día nos trae nos posiciona de manera diferente ante la adversidad.

Cambiar el discurso, nos puede llevar a pensar de manera diferente:

  • No puedo quedar con mi gente, pero qué bueno que mi familia está sana.
  • No encuentro trabajo, pero al menos estoy en casa y puedo buscar otras oportunidades.
  • No puedo ir a la oficina, pero qué suerte tengo de poder seguir trabajando.
  • Me han reducido los ingresos o estoy en un ERTE, qué afortunado soy porque al menos me van pagando todos los meses.
  • No puedo salir a cenar con amigos, qué bien que tengo tiempo para aprender recetas nuevas y preparar una cena especial en casa.
  • No puedo quedar con mis amigos de clase este fin de semana, pero con las nuevas tecnologías puedo organizar una quedada virtual con mis amigos o ver una peli en familia que me han recomendado.

Posibilidades hay, cada uno tendrá su circunstancia, no digo que sea fácil, pero depende de nosotros, de ti y de mí. Tenemos la oportunidad de aprender a vivir lo que nos toca en este momento en clave de plenitud.

Disfrutar de lo que tenemos y no quejarnos tanto de lo que no tenemos. Creo que cada vez vamos siendo más conscientes de que la vida es un regalo, la pandemia nos está enseñando que la vida es precaria y es un camino que debemos recorrer, cada uno el suyo. De todo se puede sacar un aprendizaje, la clave está en saber valorar lo bueno que tenemos, por pequeño que sea.

Solo cambiando nuestra mirada, aceptaremos la realidad y buscaremos una oportunidad para vivir en plenitud lo que la vida nos depare.

Como ha dicho el padre Gabriel Benedicto, párroco de la Iglesia de la Paloma en su entrevista para la Cadena Cope :

Yo ya no quiero vivir controlando. Mi agenda no está escrita y cada momento es un regalo. Nadie disfruta de la vida si no vive como peregrino. El final del camino son Dios y el cielo».


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