El arquetipo de liderazgo perfecto en Cristo, inspira a los papas y también a hombres que hicieron historia como Gadhi.
Peter Gonsalves, SDB, descubrió 25 claves comunes de liderazgo entre el Papa Francisco y Mahatma Gandhi. Así, producto de varios años de estudio, el sacerdote salesiano publicó el libro: Gandhi and the Popes, from Pius XI to Francis (Peter Lang, Ed. 2015).
Cuando el también profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Salesiana escribió el libro, le impresionó el liderazgo del Papa Francisco basado en su capacidad de predicar con el ejemplo.
«Me pareció muy similar al del estilo de Gandhi. Esto despertó mi curiosidad por adentrarme en una investigación más profunda para entender la historia del Papa Francisco y buscar indicios que confirmaran mi hipótesis de que Francisco estaba probablemente influenciado por Gandhi», dijo a Aleteia.
El experto encontró una conexión plausible a través de su estudio de un jesuita indio, Jerome D’Souza, que admiraba a Gandhi, que era amigo íntimo de C. Rajagopalachari, confidente de Gandhi, y que fue nombrado uno de las mentes detrás de la Constitución india.
«Era muy conocido por el Superior General de los jesuitas, J. B. Janssens, que deseaba promover la conciencia social de sus cohermanos en todo el mundo con su Instructio De Apostolatu Socialis en 1949. Puso a D’Souza a cargo de la fundación del Instituto Social de la India y en 1957 promovió a D’Souza al papel de Asistente y asesor del Superior General de los Jesuitas».
El documento Instructio era de lectura obligatoria para todos los miembros de la Compañía y los novicios jesuitas debían aprenderlo de memoria. Entre los novicios del año 1958 estaba el joven Jorge Mario Bergoglio.
Gonsalves admite que esto fue lo más lejos que pudo llegar con su investigación hasta ese momento, en parte debido al embargo de la documentación de los archivos más allá del año 1939 en el momento de la investigación.
La no violencia en el mensaje de Francisco
Por lo tanto, su hipótesis -la conexión entre Bergoglio y el pensamiento gandhiano- no pudo ser plenamente confirmada entonces, en 2015, cuando publicó su libro. Pero, en el 2017, tuvo una sorpresa. El mismo Papa le ha dado una confirmación.
«El Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de 2017 fue una agradable sorpresa. El título del mensaje era «La no violencia: un estilo de política para la paz». Cuando lo leí, me alegré de ver que el Papa conocía y apreciaba el núcleo y el significado de la contribución de Gandhi al mundo».
Gonsalves pensó que Francisco con ese Mensaje le rindió homenaje explícitamente a Gandhi en las siguientes líneas del párrafo 4:
«Muchas veces la no violencia se entiende como rendición, desinterés y pasividad, pero en realidad no es así. […]La no violencia practicada con decisión y coherencia ha producido resultados impresionantes. No se olvidarán nunca los éxitos obtenidos por Mahatma Gandhi y Khan Abdul Ghaffar Khan en la liberación de la India, y de Martin Luther King Jr. contra la discriminación racial» (01.01.2017).
También en 2020 llega otra prueba contundente, la encíclica Fratelli Tutti. «Al leerla me sentí convencido de que los fundamentos del documento eran muy cristianos, hasta que llegué al final y leí el párrafo 286 en el que el Papa Francisco afirma abiertamente:
«En este espacio de reflexión sobre la fraternidad universal, me sentí motivado especialmente por san Francisco de Asís, y también por otros hermanos que no son católicos: Martin Luther King, Desmond Tutu, el Mahatma Mohandas Gandhi y muchos más» (03.10.2020).
«Podría decirse que es la primera vez que un Papa reconoce oficialmente la contribución del método no violento de Gandhi para el cambio político y quizás la primera vez que un no cristiano recibe una mención en una encíclica papal».
Liderazgo, puntos en común
El profesor Gonsalves plantea 25 elementos comunes de liderazgo entre el Papa Francisco y Gandhi (Gandhi y los Papas, 2015, pág. 79). No obstante, para nuestros lectores propone cinco aspectos comunes en el liderazgo del Papa latinoamericano y el líder de la independencia de India, que puedan ayudar a la gente de hoy a salir del mecanismo de polarización, nacionalismo e intolerancia.
«Los dos líderes lideran con el ejemplo; sus revoluciones son autogestionadas; creen que su integridad personal es fundamental e intrínseca a su compromiso social;
Su preparación como líderes parte de una implicación activa en los dilemas existenciales del pueblo desde el que viven y dirigen los cambios revolucionarios».
Francisco y Gandhi «condenan las tradiciones egoístas, inhumanas e injustas y diseñan inteligente y científicamente estrategias para combatirlas. Se apasionan por la verdad, la justicia, la igualdad, el perdón y el diálogo».
Los líderes que predican con el ejemplo «cultivan una perspectiva inclusiva y universal; creen que la compasión es la clave para llegar incluso a los corazones más duros».
«Creen que los medios deben ser tan moralmente adecuados como los fines y sus pensamientos y sus actividades tienen como objetivo cumplir el Plan Divino». Mantienen una relación personal con el Logos. «Su fuerza es visible en la debilidad y la humildad; caminan solos pero nunca se sienten solos; están dispuestos a morir por su causa».
Cómo aplicar la no violencia en la vida diaria
El profesor en comunicación social también nos menciona tres aspectos del método de la no violencia de Gandhi para que una persona común y corriente los aplique en sus relaciones personales. Especialmente las personas que sufren humillaciones, daños a su dignidad, o que se les trata como enemigos.
«Cuando uno se enfrenta a la agresión, la arrogancia y el odio, la mejor y más sana solución es practicar la no violencia. Ésta se basa en una profunda conciencia de que la Verdad Absoluta controla perfectamente la situación.
Retirarse al silencio y ejercitar la respiración profunda invitando al Espíritu del amor y del perdón con cada acto de inhalación mientras se deja ir la venganza y los pensamientos de odio mientras se exhala es una gran ayuda. Esta es la única manera de afrontar las heridas que otros nos causan con paz y amor».
Es la no violencia activa personalizada – afirma el autor – en su máxima expresión. «Para Gandhi, el principio de ahimsa consiste en no herir a los demás ni siquiera con malvados pensamientos, ni con prisas indebidas, ni con mentiras, ni con odio, ni deseando el mal a nadie». Entretanto, se viola con la avaricia.
Asimismo, invita a responder «a las personas que me humillan con amabilidade ignorar el daño causado, provoca poco a poco, incluso en los corazones más duros, el deseo de cambiar su forma de actuar. Puede que esto no ocurra de la noche a la mañana, sino como un proceso a través del poder de la introspección y la escucha de la propia conciencia».
Para Gandhi, Dios es la Verdad y la Verdad es Dios, confirma el experto. «La introspección que exige una relación de curación es el acto de experimentar la Verdad en el propio ser. No es una forma de pensar; es una llamada al Amor, «una fuerza superior a todas las fuerzas juntas», como diría Gandhi».
La no violencia y la participación social
La política actual divide a muchos católicos. ¿Puede el método de la no violencia, admirado por los Papas, ser también un modelo para el mundo secular de hoy en términos de una sana participación política?
«La concepción de Gandhi de la no violencia como ahimsa, que incluye el servicio (amor, compasión) y la verdad, es un modelo perfecto de lo que debe ser la política.
Thomas Merton se apresuró a reconocer en Gandhi a «uno de los poquísimos hombres de nuestro tiempo que aplicó los principios evangélicos a los problemas de una existencia política y social de tal manera que su enfoque de estos problemas era inseparablemente religioso y político al mismo tiempo».
Una perspectiva gandhiana es necesariamente holística, explica. «Considera que toda actividad humana es espiritual, incluida la política. Considera la política como una oportunidad para servir a la humanidad, para curar lo que necesita ser curado, para llegar a los que se han quedado atrás».
Caridad social
La acción social no está pensada para explotar a la humanidad en beneficio propio. «Creo que el Papa Francisco está perfectamente de acuerdo con este punto de vista. Él mismo escribe este tipo de política con una «P» mayúscula para distinguirla de la política partidista barata que se practica tan comúnmente. Llamó a la Política «una forma muy elevada de caridad social» porque se supone que los políticos deben servir al bien común».
Gandhi dijo notoriamente: «Los que dicen que la religión no tiene nada que ver con la política no saben lo que es la religión». Entendía la «religión» en el sentido amplio de la espiritualidad, y no en el sentido estrecho del exclusivismo religioso o el fundamentalismo.
Llamó a su propio sistema de creencias Religión Ética en la que la moralidad y la responsabilidad social eran los fundamentos de toda la actividad del mundo interior en la búsqueda humana común de la Verdad Absoluta.
No dicotomizaba lo material y lo espiritual, sino que veía ambos polos en unidad y de forma holística. Era lo que había aprendido en la escuela hindú de Advaita, que es una rama no dualista.
El día en que los políticos (y todos nosotros) sean capaces de ver la vida cotidiana desde una perspectiva espiritual, y la vida espiritual como la mejora cualitativa de nuestra vida cotidiana, ese día nuestra política funcionará en beneficio de todos, incluidos los que están en la periferia».
Cristo en la vida de Gandhi
Peter Gonsalves sostiene que Gandhi sentía una profunda admiración y estima por Jesucristo. «Había leído el Antiguo Testamento con mucha dificultad y desinterés. Pero fue el Nuevo Testamento, y especialmente la persona de Jesús, lo que le fascinó».
«El Sermón de la Montaña, dijo, «le llegó directamente al corazón». Lo que más le atraía era el llamamiento de Jesús a «poner la otra mejilla». Encajaba con su concepto de no violencia activa. Profundizó en su conocimiento de Cristo a través del libro de Tolstoi basado en el Evangelio de Lucas 17: 21, El Reino de Dios está en vosotros, y el amor de Cristo por los últimos y los más pequeños en la obra de John Ruskin, El bienestar de todos.
El Crucifijo, fue un símbolo que conmovió mucho a Gandhi. «Era un ejemplo perfecto de cómo un buscador no violento de la Verdad debe vivir la no violencia activa, es decir, la capacidad no sólo de no hacer daño (no violencia pasiva), sino también de soportar la violencia de los demás sin devolver el golpe».
Para él, Jesús fue «uno de los mayores maestros que ha tenido la humanidad». Sin embargo, no creía que Jesús fuera Dios, o el «Hijo unigénito» de Dios, como hacen los cristianos.
Dios es trascendente y escapa a nuestra comprensión finita. Si él genera, todos nosotros somos sus hijos e hijas. En Jesús tenemos a alguien que, humanamente hablando, expresó el espíritu y la voluntad de Dios como ningún otro podría hacerlo. Sólo en este sentido Gandhi reconoció a Jesús como hijo de Dios».
Gandhi y los monjes trapenses
«Gandhi se relacionaba sobre todo con cristianos británicos, que solían ser anglicanos o de diferentes sectas cristianas. Rara vez tuvo ocasión de encontrarse con católicos. Sin embargo, tuvo palabras de elogio para ciertos aspectos del catolicismo.
Por ejemplo, durante su estancia en Sudáfrica, visitó a los monjes trapenses de Natal y se planteó el tipo de comunidad que mejor se adaptaba al sistema de valores en el que él creía. Estos monjes le proporcionaron un ejemplo de funcionamiento de una microcomunidad que vivía sobre la base de la pobreza voluntaria, la autorrenuncia y el trabajo constructivo.
También apreciaba las instituciones educativas católicas, porque la mayoría de los profesores elegían el celibato para entregarse por completo a la causa de la educación.
Respetó al Papa, incluso solicitó una escala en Roma para visitar a Pío XI, «cuando se dirigía de Londres a Bari para ir a la India después de la segunda Conferencia de la Mesa Redonda. Esta visita pudo estar motivada por su deseo de enlistar a los obispos indios y así unificar a las minorías en la búsqueda de la Independencia (Swaraj)».
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