“Ante las adversidades provocadas en el mundo entero por esta plaga del Covid-19, y en medio de la gravísima situación política, económica y social de Venezuela, San José es ejemplo de fe y confianza en Dios; de valentía y fortaleza ante las adversidades”, dijo el Cardenal en declaraciones a ACI Prensa este sábado 30 de enero, en el marco del Año de San José que el Papa Francisco ha establecido del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021.
Reflexionando sobre la figura de San José, el Cardenal Urosa dijo que es también “ejemplo de religiosidad, pues tuvo un corazón lleno de fe y de bondad, centrado en Jesús; fue fiel a su esposa virginal, y padre responsable. En fin, un modelo maravilloso especialmente para los trabajadores y los padres de familia. Él no fue infiel, ni borracho, parrandero ni jugador. Y tuvo gran fortaleza como la necesitamos todos hoy”.
Tras agradecer al Papa Francisco haber convocado el Año de San José, el Arzobispo explicó que este tiempo es importante porque “Dios quiso que él tuviera mucho que ver con el nacimiento y vida oculta de Jesús, nuestro divino Salvador. El mismo Dios preparó y escogió a San José para ser un hombre ‘justo’, es decir, recto, virtuoso, santo, bondadoso y religioso”.
“Lo llamó a acompañar a su madre amorosa, la Santísima Virgen María y a acoger paternalmente a su Divino Hijo encarnado. El Padre celestial convirtió así a San José en el legal y socialmente, y por afecto y misión, padre adoptivo de Jesús Y, fiel a su misión, José brindó apoyo, protección y defensa a su Hijo desde antes de su nacimiento”.
La misión de San JoséEl Cardenal Urosa dijo a ACI Prensa que si bien afrontaron condiciones precarias con la Virgen María y el Niño Jesús, San José los abrigó y brindó un techo en Belén, protegió a Jesús “de Herodes, salvándolo de la matanza obedeciendo la voluntad de Dios y llevándolo a Egipto. Y luego lo trasladó a Nazareth donde lo educó en las virtudes y amor a Dios y en el conocimiento de las sagradas escrituras del cual hacía gala Jesucristo. ¡Varón religioso, piadoso y valiente!”.
“José de Nazareth es importantísimo para la Iglesia, pues su existencia estuvo centrada en Jesús, en comunión con Dios y en estrecha unión con la madre del Salvador. Por eso es necesario que, en esta época de pandemia y de tantas dificultades, de materialismo y secularismo, conozcamos, amemos e imitemos al gran San José”, resaltó el Cardenal.
El Arzobispo Emérito de Caracas indicó que “San José fue un humilde obrero, sujeto a las cambiantes circunstancias de los trabajadores; vivía al día, dependiendo del trabajo de sus manos”, y fue también “buen padre de familia fuerte en la adversidad y creativo, confiado en Dios y con gran fe en Él para superar los problemas”.
“Sn duda, en estos tiempos del siglo XXI, de plaga mortal y con tantos problemas económicos, políticos y sociales, San José nos enseña la grandeza de Dios, la importancia de la fe, la seguridad que nos da el obedecer la divina voluntad, la confianza en sus designios, la fortaleza necesaria para superar la adversidad”.
La devoción a San José y su mensajeEl Cardenal explicó a ACI Prensa que la enseñanza de San José se puede resumir de esta forma “tener nuestro corazón centrado en Dios, y seguirlo a Él. Eso hizo San José”.
“En esta época tan materialista e infectada por la corriente del secularismo ateo y antirreligioso que quiere sacar a Dios de la vida social, de la familia, de la comunidad y de la historia, San José nos enseña que Dios es lo primero, y que debemos regir nuestra vida social, familiar y económica por su santa voluntad”.
En cuanto a la devoción al santo custodio, el Cardenal Urosa dijo que “el afecto y culto a San José, ha sido a través de los siglos y es hoy en día un honor y patrimonio de la Iglesia Católica”.
“Podemos y debemos alentar su devoción proclamando sus grandes virtudes, como lo hace el Papa en su Carta Apostólica: amado por el pueblo de Dios; padre tierno, obediente a la voluntad de Dios; acogedor y protector; valiente, fuerte y creativo ante las dificultades; trabajador y humilde, ‘en la sombra’”.
El Arzobispo reiteró la importancia de estar centrados en Dios, cumpliendo siempre su voluntad, “como lo hizo el gran Patriarca José”.
“Ante tantos problemas y con un horizonte incierto, él nos enseña que Dios es nuestro refugio, nuestro amoroso buen Pastor; y que, aunque vayamos por cañadas oscuras podemos ir sin temor, porque Él está con nosotros (Cfr. Sal 23,1-4)”, concluyó.
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