En un reciente artículo publicado en su blog con el título “Las vacunas y la Bestia”, el P. Hayen indicó que desde hace meses, por redes sociales, se ha propagado “múltiples mensajes –provenientes incluso de gente de la Iglesia– que denuncian que la vacuna contra el Covid-19 es una estrategia de los poderosos del mundo –el nuevo orden mundial– para controlar a la población en esta ‘nueva normalidad’ a la que nos ha llevado la pandemia”.
El sacerdote señaló que, en medio del miedo, se ha llegado a afirmar que la vacuna es “la marca de la Bestia a la que se refiere la profecía del libro del Apocalipsis, capítulo 13, y que aquellos que sean vacunados llevarán en su cuerpo la cifra del 666”.
“Desafortunadamente hay católicos que creen en estas cosas que están fuera de la lógica bíblica y de la razón”, lamentó.
El P. Hayen explicó que en la Biblia las bestias son “la fauna maligna en conexión con la presencia de demonios” y evocan “al maldito por excelencia, quien combatirá con el linaje de la mujer”.
“León Dufour afirma que ‘la Bestia se encarna, en cierto modo, en los grandes imperios paganos que tratan de dominar el mundo, que hacen la guerra al pueblo de Dios y manifiestan una arrogancia sacrílega’”, afirmó.
Con respecto a la cifra 666, el P. Hayen indicó que este signo representa a César Nerón, “el emperador pagano que persiguió cruelmente a los cristianos del siglo I” y que también puede ser una imagen de “los grandes poderes del mundo que, durante la historia, persiguen a la Iglesia”.
El sacerdote indicó que según Jimmy Akin, “uno de los mejores apologetas católicos y conocedores de la Biblia en Estados Unidos”, en el mundo antiguo se ponía a las personas una marca en la mano derecha y en la frente para poder comerciar.
“La mano derecha era la mano del trabajo, del obrar y de la honestidad. La mano izquierda era utilizada para cosas menos nobles como la limpieza del cuerpo. La frente simbolizaba la conciencia, la decisión de la persona”, señaló.
El P. Hayen resaltó que la vacuna contra el coronavirus no se aplica en ninguno de estos lugares y por ello “es absurdo creer que las vacunas tengan conexión bíblica alguna con la marca 666. Habría que hacer muchos malabares mentales para relacionar a la Bestia con la vacuna”.
“Hace algunos años, cuando la ley de salud se aprobó en Estados Unidos (Obamacare), se desataron fuertes rumores de que con esa ley se implantaría un microchip subcutáneo que contendría toda la información de la persona, incluyendo sus estados financieros. Todo aquello fue sólo un rumor que se hizo viral y que resultó falso”, agregó.
El sacerdote lamentó que rumores similares se den nuevamente e instó a no creer “cosas tan ilógicas y tontas como eso de que borrará el recuerdo de Dios en la memoria de la persona vacunada”.
En referencia a los estudios de Jimmy Akin, el P. Hayen resaltó que “Dios, que nos ama tanto, nunca permitirá que recibamos la marca de la Bestia contra nuestra voluntad y de manera inconsciente”.
“La marca de la Bestia no es algo físico, sino es una decisión moral. Si la marca de la Bestia significa oponernos a Dios con nuestros actos, trabajo y habilidades –representados por la mano derecha– y con nuestra libre decisión –representada por la frente– Dios no permitirá que esto suceda por casualidad. Corresponde a una decisión libre de las personas”, subrayó.
El sacerdote afirmó que “aunque nos pusieran una especie de tatuaje en el cuerpo diciendo que es la marca de la Bestia, eso no afectaría a quienes en su alma han tomado la libre decisión de seguir al Señor y serle fiel”.
“Si el día de mañana nos marcaran con el 666 a través de la vacuna, ¿qué valor tendría la profecía de San Juan (Apoc. 13) para las siguientes generaciones de cristianos? Carecería de valor por haber tenido su cumplimiento”, señaló.
El sacerdote remarcó que “es ridículo no vacunarse por creer que se trata de la marca de la Bestia”, señaló que rechazar la vacuna “no traerá la salvación eterna a nadie” y recordó que el verdadero camino al Cielo es “no someternos a la Bestia –el secularismo anticristiano y antihumano que hoy quiere imponerse para todos– viviendo en la impiedad”.
“La marca que queremos que no se borre y que debemos acrecentar, más bien, es la marca de la gracia divina que recibimos en el Bautismo, la marca de la amistad con el Señor y la fidelidad a Él”, instó.
Finalmente, señaló que el aplicarse la vacuna “es moralmente legítimo, incluso conveniente, aunque queda en la libertad de la persona vacunarse o no”.
“Quien se vacuna no peca. Así lo ha manifestado la Congregación para la Doctrina de la Fe y así lo han puesto en práctica, haciéndose vacunar, el papa Francisco y Benedicto XVI. Yo también lo haré a la brevedad posible”, concluyó.
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