En un comunicado, la Diócesis indicó que los miembros de la comunidad de la parroquia San José en Sinayawan, Ciudad de Valencia, se encuentran “profundamente heridos y entristecidos con la noticia del prematuro fallecimiento” del P. Regalado.
“Expresamos nuestro más sentido pésame a su familia inmediata y suplicamos al Señor de la Vida que se haga justicia a los perpetradores de este atroz crimen sin comprometer el don de misericordia del Señor”, señaló.
El cuerpo del sacerdote fue descubierto en una carretera cerca del Monasterio del Carmelo Malaybalay en la aldea de Patpat. Otro sacerdote del monasterio llamó a la policía cuando escuchó disparos alrededor de las 7:30 p.m. (hora local) del 24 de enero.
El P. Regalado fue encontrado por la policía con un ojo herido, múltiples heridas de bala en la cabeza y la mano izquierda atada con un cordón blanco.
Tras la autopsia, el sacerdote será velado en la Catedral de San Isidro Labrador y luego enterrado en el cementerio católico de Malaybalay, en una fecha que se decidirá entre la familia y la Diócesis.
La Diócesis solicitó a las personas que deseen asistir al velorio que respeten estrictamente los protocolos para evitar el contagio de coronavirus.
Según Rappler, el coronel jefe de la policía nacional de Bukidnon, Roel Lami-Ing, señaló que el motivo potencial del ataque podría ser una venganza por el activismo del sacerdote o una presunta violación.
Lami-Ing indicó que el P. Regalado fue acusado de violación en 2020 durante su tiempo como párroco en Lala, Lanao del Norte, y agregó que el sacerdote pagó la fianza en diciembre y regresó al monasterio hasta su muerte el domingo.
La policía también señaló que el P. Regalado era un promotor de la lucha contra las operaciones de tala ilegal y la defensa de los derechos de los agricultores, que respaldó en sus publicaciones en su blog, donde defendía iniciativas de agricultura ecológica y otras causas agrícolas.
Según Inquirer, los sacerdotes de la comunidad del P. Regalado dijeron que vieron al sacerdote por última vez cuando fue a recoger su casco de bicicleta a otro seminario a menos de ocho kilómetros de distancia.
El portavoz oficial de la Diócesis de Malaybalay, P. Virgilio Delfin, señaló que el sacerdote había recibido amenazas de muerte desde diciembre y remarcó que el P. Regalado no tenía enemigos en la comunidad.
Asimismo, resaltó que el sacerdote sirvió activamente en la diócesis y estuvo particularmente involucrado con el canto en la parroquia.
“Como sacerdote, su trabajo es servir a la comunidad”, dijo el P. Delfin. “Ayúdennos a buscar justicia, no solo para todos los sacerdotes, sino también para la familia, que está de duelo por su pérdida”, agregó.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
Publicar un comentario