Empezó como un rumor: Estamos al umbral de conocer una nueva masacre de migrantes centroamericanos en territorio mexicano
Resulta sobrecogedor: la masacre fue en el mismo territorio que la de los 72 migrantes ocurrida en San Fernando en agosto de 2010: el norte del Estado de Tamaulipas.
Dominado por los cárteles de la droga, la zona aledaña a la frontera con Estados Unidos al noreste de México, se ha convertido en la tumba de cientos de migrantes centroamericanos. Impelidos por la pobreza y la falta de oportunidades educativas o de salud—buscan llegar a “la tierra de la gran promesa”. Muchos de los muertos no tienen nombre. Los de San Fernando sí. Ahora vienen los 19 de Camargo.
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A 69 kilómetros de la frontera
La tarde del 22 de enero pasado, habitantes del Municipio de Camargo, Tamaulipas, dieron aviso a las autoridades estatales de un posible “operativo” de los cárteles de la droga en el poblado de Santa Anita. A menos de media hora (69 kilómetros) de la frontera entre Tamaulipas y Texas. El 24 de enero cuando la fiscalía de Tamaulipas encontró 19 cuerpos calcinados apilados en dos camionetas abandonadas en un camino vecinal.
Aunque las averiguaciones sobre el ADN de los cuerpos demora un par de semanas, dado que los cuerpos son irreconocibles, hay testimonios muy claros. Se trataba de mujeres y hombres que viajaban desde diversos puntos de Guatemala, más concretamente de caseríos como Las Flores, en Comitancillo, departamento de San Marcos. El aviso de de los coyotes que llevaban a los migrantes disparó la alarma.
Uno de ellos, que “trabaja” en la región de Comitancillo, avisó a la familia de una de las presuntas víctimas –el joven de 22 años, ex jugador de fútbol en un equipo de tercera división de Guatemala, Marvin Alberto Tomás– que había ocurrido “un accidente”. A partir de esa llamada, su madre, Ángela Tomás, y sus familiares dejaron de tener contacto alguno con él.
Como tantos otros jóvenes guatemaltecos, Marvin había dicho, dos semanas antes, que se iba a ir a Estados Unidos, a reunirse con unos familiares que viven en el país del norte. Durante todo el trayecto se comunicó por WhatsApp, hasta el día en que se produjo el “accidente” narrado por el coyote. “El motivo de él para viajar fue que era de escasos recursos. Querían cruzar a los Estados Unidos, pero lastimosamente no logró su destino”, dijo al sitio web Animal Político, Evaristo Agustín, cuñado de Marvin.
Estaban en ruta hacia Estados Unidos
El relato de la masacre de Camargo que hacen Carlos Manuel Juárez y Alberto Pradilla para Animal Político deja pocas dudas. Se trata de un nuevo asesinato masivo de los grupos que se dedican al narcotráfico. Como en el caso de los 72 de San Fernando, es muy probable que estos 19 de Camargo hayan sido víctimas de la lucha por el trasiego de drogas que ha puesto en llamas el noreste de México desde hace dos décadas.
La familia de Marvin asegura que él es una de las 19 víctimas. El diputado guatemalteco Mario Eduardo Gálvez dio el nombre de doce presuntas víctimas más: Santa Cristina García Pérez, Dora Amelia López Rafael, Paola Damaris Zacarías Gabriel, Óscar Velásquez Ramírez, Edgar López y López, Adán Coronado Marroquín, Marvin Alberto Tomás Tomás, Élfego Roliberto Miranda Díaz, Osmar Neftalí Miranda Baltazar, Robelson Elías Tomás Isidro, Anderson Marco Antulio Pablo, Rivaldo Danilo Jiménez Ramírez e Iván Gudiel Pablo Tomás.
“Los familiares, sin embargo, están seguros de que sus allegados son las víctimas de esta nueva masacre en la frontera con Estados Unidos. Por un lado, porque sabían que estaban en ruta y mantenían comunicación con ellos hasta poco antes del hallazgo de los cuerpos. Por otro, porque en varios casos recibieron la llamada de guías o coyotes que les aseguraron que había ocurrido un ‘accidente’. Estas llamadas fueron confirmadas por Gálvez, que acompaña a las familias en los trámites para solicitar la repatriación”, reportó Animal Político.
El lunes 25 de enero, la Fiscalía de Tamaulipas recabó las muestras de ADN de los cuerpos calcinados que se encuentran resguardados en una funeraria privada en el poblado cercano Miguel Alemán, informó el vocero de Seguridad, Luis Alberto Rodríguez. En Guatemala, el Gobierno nacional tomó las pruebas genéticas a las familias para realizar los exámenes forenses.
Todos son indígenas mam
Las familias creen que, al menos, 18 de los 19 cuerpos calcinados son guatemaltecos y coincidieron con Gálvez en que once de las presuntas víctimas son originarias de Comitancillo, una de Sipacapa, otra de Catarina, aunque oficialmente todavía no hay identificaciones. Personal del Consulado de Guatemala en México, ubicado en Monterrey, confirmó atiende el caso, pero no respondió a ningún cuestionamiento.
La mayoría son indígenas mam, originarias del departamento de San Marcos, al noroeste de Guatemala. El mam es uno de los 24 pueblos indígenas que habitan Guatemala y mantienen su propio idioma, por lo que algunas de las familias de las posibles víctimas son monolingües.
San Marcos es uno de los departamentos de mayor marginación del país centroamericano. Según datos de la secretaría de Seguridad Alimentaria, el 60 por ciento de la población vive en situación de pobreza y otro 22 por ciento en pobreza extrema. Por eso se van a Estados Unidos.
Con información de Animal Político
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