En un mensaje leído al finalizar el rezo del Ángelus dominical desde el Vaticano, el Papa recordó que esta Jornada se inició hace más de 60 años por iniciativa del periodista y promotor de la lucha contra la lepra, Raoul Follereau.
“Hoy se celebra la Jornada Mundial de los enfermos de Lepra, iniciada hace más de 60 años por Raoul Follereau e impulsada especialmente por las asociaciones que se inspiran en su labor humanitaria. Expreso mi cercanía a cuantos sufren por esta enfermedad, y animo a los misioneros, a los trabajadores sanitarios y a los voluntarios comprometidos a su servicio”, dijo el Santo Padre.
Además, señaló que “la pandemia (de coronavirus) ha confirmado qué necesario es proteger el derecho a la salud para las personas más frágiles: pido que los responsables de las naciones unan esfuerzos para curar a los enfermos del mal de Hansen y por su inclusión social”.
Por otro lado, el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Cardenal Peter Turkson, publicó un mensaje con motivo de esta Jornada Mundial de la Lepra en el que subrayó que el objetivo de la iniciativa es luchar contra la lepra, pero también “acabar con el estigma social que acompaña a esta difícil enfermedad”.
Destacó que “en las últimas décadas, los servicios de atención a la salud han avanzado notablemente en el tratamiento de la lepra o enfermedad de Hansen. La terapia multimedicamentosa ha demostrado ser eficaz y todo un éxito para curar la lepra infundiendo gran esperanza”.
Al mismo tiempo, destacó que “la atención sanitaria, además de tratar las dolencias físicas de la persona, debe también tener en cuenta las dimensiones sociales y psicológicas”.
Además, pidió “promover la inclusión de todas las personas en la sociedad y garantizar la integración en la comunidad, seguirán siendo prioridades”.
“El enfermo de lepra no solo padece la enfermedad misma, sino también la forma negativa en que se le acoge en la comunidad. La falta de adhesión social puede tener repercusiones profundamente negativas en la autoestima y la perspectiva de vida de una persona, haciendo que ésta sea aún más vulnerable a la enfermedad mental”.
Como ejemplo, de sanación integral a los enfermos de lepra, el Cardenal Turkson se detuvo en el episodio del Evangelio de San Lucas en el que Jesús sana a un enfermo de lepra. El Señor “aplica el bálsamo de la dignidad humana además del remedio físico. Se convierte en un hecho que afecta a toda la persona y cuyas consecuencias tienen un gran alcance”.
Ese ejemplo, continuó el Cardenal, muestra que “Dios desea sanar a todas las personas y a toda la persona. La salud integral abarca también la dimensión personal y social; incluye tanto la naturaleza espiritual de la persona como la física”.
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