San Chárbel, primer santo del Líbano y popular por su bálsamo milagroso

Chárbel Makhlouf fue un monje y sacerdote católico de rito maronita, al que Dios dio el don de sanar enfermos

Chárbel (Sarbelio) Makhlouf nació en Begakafra (Líbano) el 8 de mayo de 1828. Su nombre oficial era Youssef Antoun (José Antonio).

Su padre murió cuando él tenía 3 años y su madre se casó de nuevo con un hombre que después sería monje maronita (en el rito maronita los varones pueden ser sacerdotes estando casados).

En 1851 ingresó como novicio en el monasterio maronita de Mayfouq y se impuso el nombre de Chárbel. Pasó al monasterio de Kfifane y tuvo como confesor a san Nimatullah Al-Hardini.

Posteriormente fue al monasterio de Annaya, donde hizo los votos solemnes y luego fue ordenado sacerdote en 1859. Allí vivió hasta su muerte, como ermitaño, el 24 de diciembre (Nochebuena) de 1898.

San Chárbel destacó por su intensa vida de oración y sacrificio, por su amor a Cristo, por su predicación y por su don de sanar enfermos. Una vez fallecido, son miles las personas en todo el mundo que atribuyen una curación a este santo taumaturgo.

Sus restos yacen incorruptos, con la particularidad de que de la tumba sale un líquido. Se trata de una licuefacción de sangre, como ocurre con san Jenaro en Nápoles, san Nicolás en Tolentino y san Pantaleón en el Monasterio de la Encarnación de Madrid. En su caso, el bálsamo está perfumado.

Fue canonizado en 1977, por lo que es el primer santo católico del Líbano.

Oración

¡Oh, santo venerado! Tú, que pasaste tú vida en la soledad, en una ermita humilde y retirada. Que no pensaste en el mundo ni en sus goces. Que ahora estás sentado a la diestra de Dios Padre. Te pedimos que intercedas por nosotros, para que Él nos extienda su bendita mano y nos socorra. Ilumine nuestra mente. Aumente nuestra fe. Fortifique nuestra voluntad para proseguir nuestras oraciones y súplicas ante ti y todos los santos.

¡Oh, santo Chárbel! Que por tu poderosa intercesión, Dios Padre hace milagros y realiza prodigios sobrenaturales. Que cura a los enfermos y devuelve la razón a los perturbados. Que devuelve la vista a los ciegos y el movimiento a los paralíticos.

Dios Padre Todopoderoso, míranos con piedad, otórganos las gracias que te imploramos, por la poderosa intercesión de San Chárbel, (hacer la petición) y ayúdanos para hacer el bien y evitar el mal.

Pedimos tu intercesión en todo momento, sobre todo en la hora de nuestra muerte. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

San Charbel, ruega por nosotros.

Amén.

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