El cura que se convirtió en «asistente de parto» en Uruguay
El sacerdote Juan Andrés «El Gordo» Verde protagonizó una emotiva historia que no hace más que confirmar la belleza de la vida en tiempos cargados de miedo, incertidumbre, desánimo y muerte
No se pierda esta Misa internacional para aquellos que necesitan sanación. Llevaremos sus intenciones al altar – sin coste.
Juan Andrés Verde, a quien coloquialmente se lo conoce como «El Gordo» y cuya historia pudiste conocer en Aleteia tras su pasado como jugador de rugby y finalista de MasterChef Celebrity Uruguay, lo hizo de nuevo. Y esta vez lejos de las cocinas u estudio de televisión.
«¡Qué adrenalina! Lo único que me faltaba, “El Gordo” partero», publicó recientemente a través de sus redes sociales. Fue a través de ese medio donde el sacerdote uruguayo relató de manera detallada lo que le sucedió.
«Hace un rato nomás, mientras preparaba el mate, llega una vecina a las corridas… “¡Gordo… necesitamos ayuda! ¡Va a nacer la Natacha!!!” (Salvo algún parto de Vaca que he asistido; no tengo la más mínima idea de los nuestros)», expresó el sacerdote a través de las redes sociales.
Fue ahí cuando Juan Andrés Verde preguntó por las contracciones. Y la respuesta de la abuela de la madre de la niña, de nombre Sandra, le dijo que para ella estaban siendo de una por minuto (situaciones que por lo general a esa altura ya tienen que ser atendidas en un hospital).
«No había tiempo de esperar un patrullero o una ambulancia… Levanto la mirada y me acordé que había prestado mi camioneta. Terminamos agarrando -la Cireneta- (el vehículo “guerrero” de trabajo…) y nos lanzamos para el hospital. Balizas… Pañuelo blanco por la ventana… la bocina ahogada que no funcionaba y los resuellos de Mónica que parecía que rompería bolsa en cualquier momento», prosiguió el sacerdote, quien también iba acompañando al papá de la niña, su relato.
@gordo.verde
«Entre nervios y gritos… nos pusimos a rezar: “Dios te salve María… (¡respira por la Nariz Moni!..) llena eres de gracia… El Señor es contigo (gritos y pañuelo al aire…) Amén..” Debo reconocer que en ese momento se me perdió un lagrimón por ahí; quizás de la emoción», continúo Juan Andrés su relato.
Finalmente, los involucrados, con la asistencia del sacerdote Juan Andrés Verde como chofer, llegaron al hospital. De ahí en más todo fue muy rápido y la niña, de nombre Natacha pudo nacer.
«¡Una beba divina! (…) ¡Una leona! Pesó 3,2 kilos! Y todos agradecidos a Dios por la vida!», agregó el sacerdote uruguayo.
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