Se llama "plato de arroz", pero no es un plato: es una preciosa iniciativa de Cuaresma para hacer presente a los católicos que la fe está llamada a producir obras
Pronto estará, como cada Cuaresma, en cientos de miles de hogares católicos de los EE.UU., el conocido como «plato de arroz», Operation Rice Bowl. Se trata de una de las campañas más populares que pone en marcha la ong Catholic Relief Service.
No es un plato ni tiene arroz: es una cajita que cada familia se lleva a casa al principio de Cuaresma. Contiene ideas e iniciativas para vivir este tiempo de oración: oraciones, recetas sin carne, sugerencias, etc. Pero también está destinada a contener las limosnas de la familia.
Así lo explica a Aleteia Roberto Navarro, director de relaciones con la Iglesia de CRS. «La cajita es mucho más que una hucha para recoger dinero: contiene todo un proceso de formación para entender por qué nuestra fe nos llama a hacer esto. Por qué los valores del Evangelio y nuestra fe nos llaman a acompañar a nuestros hermanos más necesitados en el mundo».
«Cuando mis propios hijos eran pequeños, teníamos el Plato de Arroz en casa. Y yo les explicaba: cuando bendecimos la mesa, pedimos que Dios dé de comer a los que no tienen. Pero ¿cómo creen que Dios va a dar de comer a los que no tienen? Pues a través de nosotros, que somos sus manos y sus pies en este mundo», añade.
Karen Kasmauski for CRS
Nacida de la Eucaristía
La iniciativa nació al calor del Congreso Eucarístico Nacional que se celebró en Filadelfia en 1976. Fue el 41 celebrado en el país, y en él participaron personalidades de la talla de la sierva de Dios Dorothy Day, y santa Teresa de Calcuta.
También ahora, con ocasión del próximo Congreso Eucarístico previsto para 2024 en Indianápolis, quiere relanzarse con fuerza. «Es importante – subraya Roberto Navarro – que los católicos recuperemos la conexión de la Eucaristía con las buenas obras».
«Creemos en un Dios que es poderoso y que podría acabar con el hambre en un momento. Pero Él nos llama por nuestro nombre y quiere que seamos nosotros quienes »demos de comer’, como lo dijo a sus discípulos. Esto a mí me da personalmente mucha fuerza para seguir adelante en mi trabajo en CRS, como que Dios me llama como hijo a colaborar con él», confía a Aleteia.
Lo recaudado en el Plato de Arroz va directamente a las parroquias, y éstas hacen llegar los fondos a CRS, para emplearlos en diferentes necesidades. Estos fondos tienen la particularidad de que no son restringidos a fines concretos, con lo cual, explica el representante de CRS, «permiten responder con enorme rapidez a las emergencias». Por ejemplo, a la del reciente terremoto de Turquía y Siria.
Cada vez más hambre
Esta campaña quiere concienciar también sobre el empeoramiento del hambre en el mundo, debido a las consecuencias del COVID, a la guerra de Ucrania y a la mayor inestabilidad mundial, y a los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos.
El nuevo informe sobre el Global Hunger Index referido a 2022 muestra que el progreso mundial contra el hambre se ha estancado y que lo más probable es que la situación empeore en 2023. Los puntos «calientes» del planeta en estos momentos son Somalia y el Cuerno de África, y Haití y el corredor seco centroamericano, además de emergencias concretas como la de Siria y Turquía.
Los fondos procedentes del Plato de Arroz tienen la ventaja, explica Navarro a Aleteia, «de que son ágiles y permiten responder con rapidez a las peticiones de ayuda». Además, las parroquias receptoras se quedan con el 25% de lo recaudado para sus propios fines solidarios, mientras que de lo que recibe CRS, el 93% se destina a ayudas directas a las Cáritas locales y otras organizaciones.
Los donantes «pueden tener la seguridad de que la ayuda que la gente ofrece va realmente a los pobres, y no a sostener estructuras o necesidades internas», añade.
Más información sobre la campaña, aquí
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