En lugar de enfocarte en lo negativo, mira a Jesús. Excelentes sugerencias del escritor Claudio de Castro para afrontar las dificultades
«El pueblo que caminaba en la noche divisó una luz grande; habitaban el oscuro país de la muerte, pero fueron iluminados»
Isaías 9, 1
Hace unos 17 años viajaba con mi esposa Vida y mis hijos pequeños desde Panamá hacia Costa Rica. Habíamos cruzado la frontera y conducía el auto por un camino estrecho atravesando un peligroso cerro. Nos dirigíamos a San José.
La carretera era angosta y al lado, a mi derecha, veía un profundo y peligroso precipicio.
Conducía con los cinco sentidos puestos en el camino por lo arriesgado que era ese trayecto. Ya me habían advertido de varias personas que cayeron por el volantín muriendo en esos accidentes.
Curiosamente, aunque no lo creas a este Cerro llamado «Buenavista» le dicen «el Cerro de la Muerte».
Las leyendas cuentan que «muchos campesinos al atravesarlo habían muerto de frío, de allí su oscuro nombre». Otros me decían que era por lo peligroso que resultaba cruzarlo.
Cuando la niebla te impide ver
A ciertas horas en la cumbre, baja una espesa niebla y lo cubre todo, quitando la visibilidad.
Me tocó vivir esa neblina, atravesarla, pasar momentos de inquietud.
En cuestión de minutos la carretera frente a mi desapareció. La visibilidad pasó casi a cero. ¡Fue impactante!
Por gracia de Dios iba detrás de un enorme camión y me guié por sus luces piloto pegadas en la parte de arriba del vagón. Estaban encendidas y eran de color rojo, fáciles de ver su reflejo aun con esa neblina.
Mi esposa Vida, por supuesto, iba muy preocupada pidiéndome que me estacionara hasta poder ver el camino. Pero no había dónde hacerlo. Sabía que a mi costado tenía un barranco y no podía divisar el borde de la carretera.
Sol, belleza, luz
Minutos después el sol disipó la neblina e iluminó hermosamente la carretera y los alrededores montañosos. Así pudimos descubrir un lugar hermoso con bellos paisajes típicos de Costa Rica, un país que cuida, protege y valora su Naturaleza.
Vida, mi esposa, al ver clarear el camino exclamó a viva voz:
«Gracias a Dios. No hay nada peor que las tinieblas, por eso Jesús dice: Yo soy la luz del mundo. No se puede vivir en la oscuridad.
Mirar a Jesús
Ya sabes que me encanta meditar sobre las cosas de Dios, nuestra fe, las enseñanzas de la Iglesia. Esta fuerte experiencia me dio para muchas reflexiones. Por más que lo pensaba… en todas, mi conclusión fue siempre una sola: «Debemos mirar a Jesús».
En lugar de volver la mirada al pecado como solemos hacer -mirando lo que no debemos, caminando en la oscuridad o la tristeza y la desesperación-, es mejor «mirar a Jesús», que es la luz del mundo. Es Él quien ilumina nuestros caminos.
Desde que comparto mi correo personal, recibo e-mails de nuestros lectores compartiéndonos sus grandes aventuras con Dios, sus sueños, alegrías y también dificultades. Más de esto último.
No saben qué hacer para salir de ese oscuro túnel, no ven ninguna luz que los guíe y me piden un consejo.
«Mira a Jesús», les recomiendo.
Dónde buscar la luz en la oscuridad
Últimamente he recibido correos en los que me dicen: «Claudio paso por una situación difícil, he perdido los ánimos, las ganas de luchar. Todo lo veo oscuro, negativo. ¿Qué puedo hacer?».
Nuevamente respondo: «Mira a Jesús».
¿Donde?
- En el prójimo, el que sufre, el que necesita de ti.
- En la Eucaristía.
- En el Sagrario.
- En la cruz.
Cuando tengas tu mirada puesta en Jesús, todo será más sencillo. Las cosas que necesitas se darán por añadidura.
Una vez me pasó. Fue doloroso. Todo parecía salir mal. Mi experiencia fue esta: Miré a Jesús. Oreé con perseverancia, confié en la santa voluntad de Dios, y me abandoné en sus manos amorosas. Al tiempo, todo se resolvió rápido, de forma inesperada. ¡Fue increíble! Dios es un gran Padre.
El Viacrucis
Me gustaría recomendarte, para salir de esa oscuridad, que puedas retomar el camino de la fe y para tu beneficio personal y crecimiento espiritual.
Una de las devociones católicas más antiguas y bellas, y que nos trae enormes bendiciones del cielo, es el Viacrucis, y significa Camino de la Cruz.
«Esta devoción está centrada en los misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las diferentes estaciones».
Hay algo sobre esta devoción que muchos católicos desconocen. Jesús, además de pedir a santa Faustina el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia a las 3 de la tarde, le hizo otra petición muy específica:
«Hija mía, haz todo lo posible para hacer el Viacrucis en esta hora, siempre que tus obligaciones lo permitan; y si no pudieras hacerlo, al menos visita la capilla por un momento y adora, en el Santísimo Sacramento, Mi corazón, el cual está lleno de misericordia».
Diario, 1572
3 promesas de amor
Hay muchas promesas asociadas a esta devoción, para los que rezan el Viacrucis.
1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Víacrucis.
2.- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Viacrucis.
3.- Durante la vida, yo los acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
El Viacrucis es una bella devoción para practicar a diario y así conocer más, acompañar y amar más a Jesús.
No sabes como rezarlo? Nada pasa, en Aleteia te enseñamos.
¡Ánimo! Ten fe. Ofrece todo. Y confía en Dios. Es un padre estupendo, maravilloso.
¿Te gustaría escribirnos y compartir con nosotros tus experiencias con Dios? Te paso mi email personal: cv2decastro@hotmail.com
¡Dios te bendiga!
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