El Papa Francisco dirigió esta misiva al Arzobispo de Toledo (España), Mons. Francisco Cerro Chaves y al Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de México.
En su carta, publicada por la oficina de prensa de la Santa Sede, el Santo Padre señaló que “María, nuestra Madre, es siempre para su Pueblo vínculo de comunión”.
Para el Papa Francisco, “esto se ha expresado en muchos lugares del mundo con la invitación a construir un templo que fuese una casa con las puertas siempre abiertas para todos, una casa de oración y de comunión”.
A continuación, recordó que “hoy los convoca el dulce Nombre de María, más precisamente una advocación milenaria que ya en su raíz etimológica nos habla de mestizaje, de encuentro con Dios y con los hombres”.
El Pontífice también habló del “amor de Dios” que nos muestra la Virgen, y aseguró que “todo cambiaría si, como la Virgen, pudiésemos ver en el otro ese secreto oculto, cuántos fracasos y conflictos evitaríamos”.
“La Virgen María nos interpela para ser fermento de comunión y reconciliación entre Dios y los hombres, alentando a tantos fieles que se acercan al santuario con este fin”, añadió.
Más tarde, el Papa explicó que “combinándose con la raíz mexicana, nuestra Señora de Guadalupe se proclama como la que vence a la serpiente”.
“La Inmaculada es así la verdadera madre de todos los que viven; de los que han sido convocados hoy en este santuario, junto a sus pastores, para proclamar su fe en el Hijo de Dios, en Aquél que, haciendo nuevas todas las cosas, ha reconciliado consigo el mundo”, afirmó.
Por último, el Papa pidió a Dios que, “en cada tiempo y lugar donde María nuestra Madre nos convoque, demos testimonio de esa íntima unión de la que sólo el Espíritu puede ser artífice”.
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