Será a través de una jornada de oración prevista para este 23 de julio. Tendrá como objetivo rezar por el descanso eterno de las víctimas. Pero también buscará poner la mirada en familiares y allegados de quienes han perdido a sus seres queridos, según se informó a Aleteia
Más de 100.000 argentinos perdieron la vida durante la pandemia del coronavirus. Se trata del decimoprimer país en superar la escalofriante cifra. Un camino que inició en marzo de 2020, y cuyo final aún es desconocido. Tras un acto oficial de las autoridades gubernamentales, y mucha discusión política y mediática en torno a la gestión sanitaria, la Iglesia, a través de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, ha convocado a una jornada de oración por los fallecidos.
El vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, Máximo Jurcinovic, explicó a Aleteia que «hay dos objetivos».
«Por un lado, la oración profunda en las comunidades durante toda una jornada por el descanso eterno de los fallecidos en pandemia. Y por el otro, poner la mirada en familiares y allegados que hoy están sufriendo por esta pandemia la muerte de seres queridos”, indicó.
Jornada en medio de la pandemia
La propuesta es que cada comunidad pueda llevar adelante esta jornada de acuerdo a las restricciones y medidas sanitarias de cada jurisdicción, con celebraciones de la misa y momentos de oración compartida donde se pueda, pero también con transmisiones en redes sociales.
“Se invita fuertemente a que los lugares asociados al duelo cristiano como los cementerios y cinerarios pueda haber pequeñas celebraciones para que aquellos que se puedan acercar lo hagan, y también disponer de medios digitales para que la gente se pueda unirse desde sus casas”, aclaró el padre Jurcinovic.
Además, el Secretariado Nacional de Liturgia, dependiente de la Comisión Episcopal de Liturgia, dará a conocer un subsidio para que se puedan realizar celebraciones desde los hogares.
Momento de oración colectiva
La cultura de la cancelación y la discusión política permanente, en un año de elecciones, enturbió las posibilidades de una serena reflexión y momento de oración colectiva ante el dolor de la muerte, que avanzó sin preguntar afiliación ideológica. En muchísimos casos, impidiéndose por medidas sanitarias a las familias hacer un duelo con sus seres queridos fallecidos.
Además, en el acto oficial encarado por el gobierno, más allá del silencio y la participación de distintos referentes políticos y algunos representantes de credos, no hubo momento para la oración. Y esto aún cuando la gran mayoría de la población se reconoce religiosa.
También rezar por el fin de la pandemia
En ese contexto, el 23 de julio será una oportunidad, para parroquias, cementerios, colegios, grupos de oración, iglesias domésticas, de rezar por los fallecidos. Un momento para serenamente recordarlos, de acompañar el dolor del otro. Y también de rezar por el final de la Pandemia.
“La fe en Cristo muerto y resucitado renueve nuestra esperanza y nos fortalezca en esta dura situación, uniéndonos en el dolor por las pérdidas y la confianza en la misericordia de Dios”, cierra la convocatoria oficial del Episcopado. Esto consolida distintas iniciativas de oración que a lo largo de todo el país ya se vienen realizando, particularmente en los santuarios y epicentros de peregrinación y referencia para los fieles.
Al momento, además de las 101.000 víctimas fatales de las que se tiene registro, más de 4.4 millones de argentinos padecieron la enfermedad, un 10% de la población. El 47% de la población está vacunado con una dosis, y el 11.7% lo está con dos. El último pico de casos registrado ha sido a principios de junio.
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