Ahora que empieza el año nuevo, lleno de propósitos y de desafíos, podemos animarnos gracias a un buen mensaje o una frase motivadora que podemos encontrar al entrar o salir de nuestra casa
¿Es posible que una pieza decorativa de pequeño tamaño, tejida con paja, lana o fibra de coco, tirada en el suelo, donde todos pisan, pueda animarnos? Ciertamente parece imposible, pero es así. Estamos hablando del felpudo, esa alfombrilla, también llamada esterilla, que se emplea principalmente en la entrada da las viviendas para permitir a los visitantes retirar el barro y suciedad de sus zapatos antes de entrar.
En ocasiones damos poco valor a los felpudos, ya que su misma etimología le otorga un valor despectivo: el sufijo “udo” indica esa característica. De hecho, cuando una persona es tratada con desprecio, solemos decir que “es tratada como un felpudo”.
Valor de servicio a los demás
Pero este objeto también tiene un sentido de docilidad y una función de servicio a los demás: está en el suelo para que los otros pisen.
San Josemaría aconsejaba «hacerse alfombra en donde los demás pisen blando»; y añadía: «No pretendo decir una frase bonita: ¡ha de ser una realidad! —Es difícil, como es difícil la santidad; pero es fácil, porque —insisto— la santidad es asequible a todos» (Forja, 562)
Del mismo modo, los felpudos se utilizan como alfombras de recepción, ya que su localización en la entrada de un hogar constituye una forma de bienvenida para los habitantes y los visitantes.
La entrada a cualquier vivienda siempre ha servido para proyectar el interior hacia el exterior y para dar la bienvenida. Normalmente solemos fijarnos en la decoración del interior de las casas, pero hay un elemento que puede decir mucho de la familia que vive allí, antes incluso de llamar al timbre de la puerta: y ese es el felpudo.
La primera impresión que causamos al llegar a nuestro hogar es muy importante, por eso debemos conseguir una entrada que capte la atención, sea original y hable de nuestra familia.
No es cuestión de establecer una guerra de felpudos originales con nuestros vecinos del rellano o del edificio, pero la decoración de nuestro hogar, que siempre debe reflejar nuestra personalidad y valores, debe empezar en la puerta de entrada. Un felpudo original se distingue y nos distingue.
Ser acogedor
De la misma manera que elegimos con cuidado y cariño todos los muebles de nuestra casa para que den color, armonía, comodidad o calidez, así debemos elegir las alfombras o felpudos.
Ya que estos elementos, coordinados con los demás, darán un estilo a nuestro hogar, para que sea más acogedor y consiga que todos estemos a gusto. En realidad, todos los detalles decorativos aportan carácter y personalidad a un ambiente.
Nuestra casa debe convertirse en hogar, para nosotros y para los que vienen de fuera también. Primeramente, que se note que los que viven ahí se quieren. Sin duda, nuestra casa debe ser el remanso de paz donde recobrar fuerzas.
A partir de ahí, debemos extender la paz y armonía al exterior. Como decía la Madre Teresa de Calcuta “Si quieres cambiar el mundo, ve a casa y ama a tu familia”.
Felpudos para todos los gustos
Por lo tanto, ya sabemos que no debemos descuidar la entrada a nuestra casa y que elegir bien nuestros felpudos es una decisión más seria de lo que parece.
Y el mercado nos ofrece múltiples alternativas. Tal variedad obedece a que no todo el mundo tiene los mismos gustos, afortunadamente.
Sólo tenemos que dar una vuelta por nuestra comunidad de vecinos para deducir, a vista del felpudo, que cada uno tiene unas aficiones, sentido del humor o preferencias diferentes.
Aunque lo habitual es colocar el clásico modelo rectangular sin más ornamentación que el propio material, lo cierto es que existen muchos felpudos originales que pueden provocar en el visitante una sonrisa, sorpresa o admiración.
Analicemos algunos ejemplos de este curioso complemento decorativo…
Galería de imágenes…
Por ejemplo, los hay que contienen frases motivacionales que te invitan a entrar o salir de casa con la mejor actitud posible…
Algunos también llevan palabras o mensajes de saludo o despedida…
Otros nos dan consejos para mejorar la convivencia con nuestra familia…
Y los hay que muestran el amor y aprecio de los convivientes…
Muchos tienen frases llenas de sentido del humor…
También existen los que hacen referencia a nuestras series o personajes favoritos, como los héroes de Star Wars o de Marvel…
Así mismo, existen felpudos que muestran a los miembros de la familia …
En resumen, un montón de opciones para que la entrada a tu casa diga algo más de ti, de tu familia y arranque una sonrisa al visitante. Y que cuando crucemos el umbral de la puerta podamos exclamar satisfechos y convenidos: “¡Hogar dulce hogar!”.
Y aprovechando que hemos acabado el 2020, entremos con buen pie en el nuevo año, 2021, de igual manera que entramos con buen pie en nuestra casa. No se trata de dar un portazo al año 2020 para olvidarlo, porque en realidad, hemos aprendido muchas cosas de este año “diferente”.
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